Si se dispone de un jardín, de una amplia terraza o, incluso, de un pequeño balcón resulta habitual poner en muchos casos algunos muebles de madera. La elección de los muebles de madera de exterior son sin duda una buena elección, pero los mismos requerirán de una adecuada protección y mantenimiento para que nos duren mucho tiempo, vamos a ver en este artículo algunos modos de mantenerlos en buen estado.
Todo mueble requiere de un adecuado mantenimiento, pero sin ningún tipo de lugar a duda los muebles de exterior requieren de un cuidado más cuidadoso (permítase la redundancia) si cabe, pues obvia y evidentemente el estar sometidos a determinados factores ambientales, así como a los cambios e inclemencias meteorológicas, hace que si los mismos no se mantienen en un buen estado estos resultarán deteriorados de una forma mucho más rápida que sus homólogos de interior.
En primer lugar deberá tenerse presente el tipo de madera que se escoge y, siempre y en todo caso (y con independencia de la madera escogida) la calidad del producto, pero la elección de la madera resulta un elemento determinante pues existen algún tipo de maderas más apropiados que otros en usos de exteriores. Si tiene algún tipo de duda sobre que tipo de madera encaja más con sus necesidades no dude en consultarnos, pues nuestros especialistas estarán encantados de resolverle todas las dudas que al respecto puedan tener.
Luego, en segundo lugar, el otro aspecto determinante para tener en cuenta con los muebles de madera de exteriores es la capacidad protectora que se le ha incorporado a la madera, si es que se le ha realizado algún tratamiento protector. En caso de adquirir muebles de madera con tratamientos específicos resulta conveniente comprender que existen dos tipos de protecciones básicas diferentes pero interrelacionadas entre sí: por un lado existe la protección ante los rayos solares y luego existe la protección contra la humedad en particular y contra el agua en su conjunto.
A partir de este tipo de tratamientos la función será el mantener o aplicarles los productos que mantengan el mueble salvaguardados, que se evite la aparición de hongos y que combata a insectos, también se deberá mantener la madera sin olores externos a la composición de esta y se deberá aplicar toda solución que no afecte a las propiedades naturales e intrínsecas a la misma, dicho de otro modo: la solución no puede pasar por perjudicar a la madera en su estado natural o adquirido.