Las cajas de madera son el lugar donde guardar muchas cosas, puede decirse que son el cajón de los sueños donde guardar aquello que más nos gusta y que también son aquel espacio práctico y funcional donde guardar aquellos elementos más comunes o del día a día que no queremos que nos ocupen espacio desordenado.
De cajas de madera hay de muchos tipos pero una de las más adecuadas -para que cumplan perfectamente su función- son aquellas que llevan bisagras para su apertura y cierre, así como un broche para garantizar que las cajas queden adecuadamente cerradas.
Centrados en este artículo en las cajas de madera que llevan bisagra y broche para su cierre podemos ver que las hay para muchas y distintas utilizaciones dentro de ellas mismas, así que vamos a hacer un pequeño visualizado de algunas de estas cajas de madera con bisagras y broche.
En primer lugar por ejemplo podemos hablar de las cajas de madera con bisagras y broche para guardar relojes. Estas cajas pensadas para garantizar la seguridad e integridad de los valiosos objetos que almacena, tienen bandejas interiores para clasificar y ordenar adecuadamente los relojes, además tiene en la parte externa un broche para impedir que los mismos se caigan de ninguna manera. Por supuesto incorporan las mencionadas bisagras que también garantizan el cierre y posibilitan la apertura y el cierre de la caja.
Una variante de las cajas de madera con bisagras y broche anteriores (cajas pensadas para relojes) pueden ser aquellas cajas de madera esencialmente pensadas para los mismos usos (aunque normalmente mientras en el caso anterior normalmente se habla más de relojes de pulsera, en este caso se habla de relojes de bolsillo, pero también hay que decir que no siempre es así) pero que no son todas ellas de madera opacas por todas las partes, sino que tienen una parte de cristal que permite visualizar su contenido en el interior.
Otras típicas cajas de madera con bisagras y broche son aquellas pensadas para contener barajas de cartas o también las diseñadas para poner dentro botellas de vino o las que sirven para guardar bolsitas de té. Y todo ello sin olvidar por supuesto todas aquellas cajas de distintas formas (cuadradas, rectangulares, etc.) o incluso con estilos específicos (con forma de libro, etc.) que sirven para un uso genérico, que sirven para almacenar cualquier cosa que se nos pase por la cabeza.
